Pere IV, 345 08020 Barcelona

invited

4a edición - 2024

 

2024

una visión incierta

Helena Civit

Las tablillas de cera fueron un soporte extendido para la escritura durante toda la antigüedad clásica y la Edad Media, incluso más esporádicamente hasta escasos siglos atrás. Sobre una tabla pequeña de madera, o a menudo dos de ellas unidas en forma de díptico, se extendía una fina capa de cera de abejas, que podía estar pigmentada con carbón. Se escribía incidiendo sobre esa superficie mediante una herramienta punzante, el estilo, cuyo extremo posterior solía estar aplanado para poder borrar las señales y reutilizar la tablilla. Así, la cera constituía un medio blando, flexible, y portátil, en el que apuntar con agilidad y volver a borrar, recogiendo sucesivos pensamientos y datos no destinados a la memoria milenaria.

Una visión incierta gravita entorno a esa superficie cérea, viscosa, vulnerable.
El vertido del líquido en láminas articula un modo de trabajo. Gradualmente, la sustancia contenedora de signos desborda, deja atrás su soporte rígido y se sostiene, apenas, a sí misma.

Materias pegajosas, que manchan, cubren, o impregnan: la cera de abejas o su símil blanquecino, la cera de parafina, la goma arábiga, la colofonia, el grafito, el betún, el carboncillo; son en distintas genealogías vehículos de signo y de trazo. Aquí, fluyen y solidifican y permanecen sin recibir esa carga significante. La inscripción que no se produce tensiona la superficie muda sólo como potencia latente. El silencio es sostenido.

La tabula rasa, sin embargo, no emerge como tal – mas bien, la quietud revela murmullos leves, sedimento del tiempo, marcas acumuladas de procesos sucesivos. Apelan a un acercamiento sensible, a una curiosidad arqueológica, a la escucha y al tacto.

 

Pere IV, 345 08020 Barcelona