artista — comunicadora visual [trans]disciplinaria: arte, gráfica, tipografía,
palabras, objetos, libros, videos, instalación, comunicación, sonido, voz, cuerpo,
acciones, performance, crítica, filosofía, poesía, literatura, educación.
Mulet ha sostenido una indagación centrada en el problema de la violencia,
tópico central de sus últimos proyectos expositivos. Su estrategia ha sido la del cruce
de procedimientos gráficos, performáticos e instalativos, los cuales encara a partir
de patrones de reproducción que emulan el efecto reiterado de la violencia.
Realidad que se reproduce en muchas ciudades de todo el planeta, las personas que mueren
de forma violenta, asesinadas, ejecutadas, exterminadas. Personas que en muchos casos
son anónimas y contabilizadas numéricamente como parte de puras estadísticas.
Es un trabajo que tiene como origen el contexto de Venezuela, lugar de nacimiento de Mulet
y desde lo concibió, pero que se re-significa de manera radical en el contexto
del Mediterráneo, que es donde ahora vive. Hace referencia a las diversas formas
de violencia social que acaban expandiendo y generalizando el miedo y el horror de vivir
en un determinado lugar, enfocando la precariedad del estado de derecho, la impunidad
y el menosprecio de la vida humana. Su insistencia en la investigación del lenguaje (la palabra),
explorando diversos medios (animación, instalación, objetos, libros) y materiales (textil,
caucho, plexiglás, plástico, resina, papel), pero siempre interrogando los límites entre el texto
y su contexto. Consciente de que vivimos en una cultura transmedial en la cual los signos saltan
de un medio a otro con entera naturalidad, en Mulet la letra puede ser un cuerpo material o virtual,
o bien la contrahuella del sentido, abandonando su función lingüística para convertirse en concepto.
Simplemente ya no se puede hacer nada útil con el lenguaje, excepto hurgar con atención
en los intersticios del texto para discernir entre el sentido y contra-sentido. En su último proyecto
Campos de Control, Mulet presenta fluctuaciones entre lo que esta contenido y sus desbordamientos,
simulando a través de las láminas de plástico “campos” capas de contención en flujo constante,
donde pares de palabras superpuestas aparecen como “sedimentos” en suspensión,
solo para desaparecer a medida que las proyecciones parpadeantes cambian. Esta combinación
de palabras crea confluencias de antónimos aparentes, fusionando sus contornos pero sin disolverlos.
Los límites que se delimitan a uno mismo y al otro, aquí y allá, entonces y ahora, se vuelven aprehensibles,
invitando a la reflexión sobre las estructuras y sistemas políticos, culturales y epistemológicos
que naturalizan las distinciones entre las infraestructuras hidráulicas literales, las fronteras nacionales,
los campos de conocimiento y del lenguaje, también actúan como estructuras que controlan
y des-controlan la circulación de la materia y el significado.