Una persona recibe un material (cinta de video, e-mail, casette, fotografía, carta, libro etc) que interrumpe en su vida; esta es la premisa que La imagen intrusa tiene como punto de partida e hilo conductor. Lo que se propone es un ejercicio de pensamiento y de creación literaria sobre la creación de ficciones y narrativas, a medio camino entre un cineclub y un club de lectura y escritura.
Se llevarán a cabo 5 sesiones en las se visionarán y/o leerán diferentes creaciones audiovisuales y literarias en las que se use dicho macguffin y se llevarán a cabo ejercicios creativos de imaginación y escritura con el mismo recurso narrativo. Las cuatro primeras sesiones, de tres horas de duración cada una, estarán estructuradas en dos partes. La primera consistirá en el visionado de materiales y la segunda en un taller práctico en el que se realizarán diversos ejercicios (de naturaleza literaria, audiovisual etc). La quinta sesión constará de una charla de un conferenciante externo acerca del tema abordado en el proyecto y un posterior debate con los asistentes.
La imagen intrusa tiene el objetivo de crear un espacio colectivo de imaginación, donde además de la escritura se tenga el objetivo de analizar las estructuras de creación de ficciones y sus estrategias. En un contexto donde la industria cultural y la afloración de las pantallas inteligentes parecen tener el monopolio en la creación y reproducción de ficciones e imágenes (entendidas también como imaginarios) el mundo parece ya construido y explorado. Queremos crear un espacio para romper la unidireccionalidad en la producción de ficciones y entrenar nuestras herramientas para analizarlas y activarnos como espectadores activos. La historia de una persona que recibe un material que de algún modo interrumpe su vida nos permite reflexionar sobre la evolución y las formas históricas de reproducción de los materiales culturales. Asimismo, se trata de un marco concreto pero a la vez adaptable a los intereses de cada participante.
En Barcelona en los años 70, así como también en diferentes partes del mundo, existió una euforia vinculada al final del Franquismo y a una etapa más abierta de la dictadura Española. Diferentes dinámicas inundaron la ciudad, como por ejemplo el auge de los movimientos obreros y libertarios. Entonces se extendió en diferentes espacios fabriles la proyección de películas y representaciones teatrales con posteriores debates. Aunque hoy en día la tendencia es consumir productos audiovisuales de forma individual y privada, en este contexto queremos recuperar y poner el valor el visionado colectivo como experiencia social y espacio de reflexión en una antigua fábrica como es La Escocesa.