Pere IV, 345 08020 Barcelona

Tecnologías del dislocamiento

Proyecto de investigación y experimentación artística La Escocesa 2020
Luna Acosta y Luiza Fagá

 

¿Cuáles son las maquinarias que funcionan a todo vapor mientras se produce la ficción de calma?; ¿cuáles son los cuerpos que quedan detenidos al intentar moverse?; ¿es la suspensión del tiempo un acto obligado en el dislocamiento de los cuerpos del sur global?; ¿cuánto tiempo puede soportar un cuerpo suspendido?

Durante la colonización, el daguerrotipo sirvió para que llegaran a Europa imágenes de una explotación pacífica de un territorio fértil y lejano –ficción necesaria para encubrir la violencia y crueldad que implicaba– se construyen mitos de encuentros y colaboraciones para solventar el ingreso de la modernidad a la Historia. Fue el daguerrotipo, máquina fabricadora de presentes suspendidos, la encargada de representar la suspensión misma de los cuerpos y los territorios del sur global que implicó la herida colonial.

Dispositivo fotográfico que data de 1839, el daguerrotipo es una caja oscura que guarda en su interior una placa de cobre bañada en plata. La plata, al ser sensibilizada por vapor de yodo, forma el yoduro de plata. El contacto con la luz transforma los cristales de yoduro de plata en plata metálica y forma una imagen latente, que se puede revelar con el uso de vapor de mercurio: la placa de cobre y plata es, a la vez, el negativo y el positivo fotográfico.

Así, plata y cobre, símbolos de la soberbia colonial y que hacen parte de la maquinaria extractiva de minerales en América Latina hasta hoy, fueron también el soporte material de una farsa basada en el mito del progreso, al igual que el mercurio: material tóxico que contribuía al revelado de la imagen en la placa de plata, el mercurio se usa hasta estos días para separar el oro de las rocas, sigue siendo un aliado inmarcesible de la empresa colonial que se lleva de la tierra todo cuanto brilla y deja a su paso tierra seca y agua envenenada.

Para que la imagen pueda fijarse sobre el yoduro de plata, la máquina de captación debe quedarse quieta al igual que su objetivo por lo menos 25 minutos. Esto obliga a retratado a performar para la máquina, se performa apacibilidad, se performa la comodidad común del paso del tiempo, se alarga el tiempo de la pose. Para que la inmovilidad sea posible, se utilizaban instrumentos de apoyo para todo el cuerpo. Dispositivos de parálisis, similares a aparatos de tortura para la contención de tics, movimientos involuntarios con la cabeza, y cualquier soslayo de lo que es en sí mismo un cuerpo vivo: un cuerpo en movimiento.

En este momento, el tiempo se nos presenta como una materia gelatinosa en la que nadamos a ciegas sacándole la máscara a cualquier certeza. Los manejos estatales de la pandemia han dejado en evidencia un desfile de escenarios necropolíticos y coloniales dejan ver sin vergüenza cómo operan las tecnologías del dislocamiento de cuerpos del sur global hacia las potencias, y cómo la fabricación de presentes suspendidos por medio de limbos y vacíos legales hacen parte de la máquina colonial que se alimenta de presentes migrantes dislocados.

Ahora más que nunca desconfiamos.

Los Estados tienen poder absoluto sobre el desplazamiento de todos los cuerpos –aun dentro de un mismo territorio–. Como consecuencia, las personas indocumentadas quedan aún más vulnerables, cada cuerpo en la calle es un cuerpo en evidencia. Contradictoriamente, el aprovechamiento que Europa tiene sobre los cuerpos vulnerados queda en evidencia: son justamente los “sinpapeles” quienes se ven obligados a exponerse más, ya que no son beneficiarios de los cuidados del estado. El Estado nación como primer adalid que divide a lo humano de lo no humano y que hace digno o no a las vidas de cuidado. El norte global seca los territorios que no ve –de allí saca la plata, el cobre, la fuerza de trabajo– .Tira alimañas a quienes quieren entrar al suyo y si lo logran, les niega el estatus de ciudadano para justificar su explotación. Se llama de “problema migratorio” a un problema estructural, producido por el orden colonial y que implica la permanente actualización de maquinarias económicas y burocráticas que lo sustentan. Este monstruo es un fabricante de vacíos, limbos y de detenciones.

Para que el sistema de pensamiento -que impulsa logísticas ingenieriles, económicas y burocráticas- colonial/racista siga imperando tras tantos siglos, es necesaria su permanente y sutil actualización, con la complicidad de humanos y máquinas, y la sofisticación de las técnicas de camuflaje de los dispositivos de parálisis y de dislocamiento que los sustentan y que los alimentan.

¿Cuáles son las tecnologías de la representación que actualmente velan los mundos a los que el orden colonial todavía rompe y seca?, ¿cuáles tecnologías evidencian la ficción de la parálisis a la que la maquinaria colonial obliga a los cuerpos migrados de las ex colonias? ¿cuáles lo camuflan? ¿Qué cuerpos son obligados a performar la calma y la pasividad en medio de la extrema violencia? ¿Quién se beneficia de esta ficción?

Nuestro proyecto se centra en los dos elementos que consideramos fundamentales en la historia del retrato con daguerrotipia: la performatividad de la calma y la parálisis artificial del cuerpo debido al tiempo de exposición prolongado y el uso de minerales para la producción de imágenes. Se establece, ahí, un interesante resumen de las prácticas coloniales: la apariencia de civilidad y lujo que enmascaran su lógica extractivista.

 

 

Pere IV, 345 08020 Barcelona