En la madrugada del 14 de diciembre de 2019 descubrimos que existen supermercados dedicados exclusivamente a surtir los pedidos que se realizan en Glovo (lo que se empieza a conocer como darkstore). Nosotras queremos un pack de cervezas pero sólo venden a los riders. De modo que realizamos un pedido por la app a entregar en la propia puerta del Glovo Market.
Resultado:
Tras 15 minutos de espera y 5 km pedaleados viene un ciclista: le entregan las cervezas, se gira y nos las da a nosotras. Hablamos unos minutos con él. Nos dice que es el reparto más fácil que ha hecho. Le puntuamos bien. Un pedido de Glovo a su domicilio... Parece que ha quedado aparcado eso de que el medio es el mensaje (McLuhan), ahora el mensajero es el mensaje. Un repartidor- mediador entre las cervezas y nosotras. Su cuerpo actúa como un puente y, como sucede con todos los puentes, lo cruzamos siempre por debajo aún a riesgo de ser atropelladas.
—
La perspectiva aceleracionista es un monstruo que se devora a sí mismo, un puñal que nos clavamos en el corazón del capitalismo. El proyecto tiene el objetivo de indagar en torno a esto. Indagar viene de indagare: seguirle la pista a un animal. También está relacionado con las palabras indigente e industria. Sinónimo de inquirir, que significa literalmente preguntar hacia dentro. Preguntar ¿y por qué? ¿y por qué? ¿y por qué? hasta agotar la paciencia de los padres. Es posible que indagar implique, también, clavarnos un daga.
El aceleracionismo -para mí- es más una constructora de relatos/narrativa que no pas una teoría. Hay quien dice que la obra de arte es una forma de escribir. Bueno, en realidad lo digo yo. Pero lo que estoy queriendo de decir es que, si aceptamos la frase anterior, aceptaremos también que la maniobra de arte es un género literario. El que nos toca hacer en estos tiempos.