Su obra se compone de distintos materiales que al mismo tiempo se convierten en distintas texturas y colores. Las manchas, formas y abstracciones que Guillermo presenta en cada una de sus piezas generan un universo nuevo. Un universo donde, a primera vista, el espectador puede observar un conjunto de elementos que forman un total, pero que a la vez, cada uno de ellos tiene vida propia. Los diferentes organismos están distribuidos de tal manera que el conjunto de todos ellos produce una profundidad de campo, de desniveles; varios escalones, más o menos profundos, que generan una expansión frontal del campo de visión haciendo aún más complexa la pieza.