matadero madrid
1ª edición - 2022/2013
septiembre/noviembre 2022
La Escocesa
marañas que lamen mi piel
maya pita-romero
Marañas que lamen mi piel explora el encuentro de relaciones enredadas entre el cultivo de algodón y el ciclo menstrual. A partir de las leyendas, los rituales y la toxicidad que las envuelven, aparecen nuevas formas de relacionarnos con las plantas de las que obtenemos materiales. Este proyecto especula sobre nuevas formas de cuidado pringoso que transformen las comunidades normativas. Atravesadas y empapadas, se encuentran en estas marañas unas criaturas que agrietan el espacio entre lo humano y lo no humano. Ayudadas por las ancianas que han tejido todos estos cuentos y encuentros que se han enredado en piezas de algodón que arroparon a sus hijas, nietas, compañeras y amigas.
Desde las transformaciones de los ecosistemas y vínculos entre los organismos se imaginan nuevos modelos no antropocéntricos de coexistir. El trabajo de Maya Pita-Romero piensa en nuevos imaginarios y formas de cuidado donde se esconden criaturas que replanteen las relaciones contemporáneas. Los elementos orgánicos y los biomateriales que construyen las obras cambian, fermentan y se descomponen con el tiempo.
Maya Pita-Romero es graduada en Bellas Artes por el Centro Universitario de Artes TAI, ha participado en la exposición colectiva Extensión Zero en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Además, ha colaborado en la producción de diferentes exposiciones de Gabriel Alonso, Maloles Antignac o el Instituto de Estudios Postnaturales.
Resultados de la residencia en la Sala de Arte Joven de Madrid
XXXIII edición de Circuitos de Artes Plásticas
enero/marzo 2023
Matadero Madrid
el tiempo, como las piedras o cómo hablar sobre el retorno
luna acosta
El centro de la tierra es un depósito de magnetita, un mineral que hace de la tierra un imán gigante.Todos los cuerpos migrantes, desde los más inmensos hasta los más minúsculos, tienen fragmentos de magnetita en su cuerpo. La magnetita les permite crear rutas para desplazarse sintiendo los campos magnéticos terrestres y encontrar los lugares más aptos para su supervivencia; saber a dónde ir y cómo retornar al punto de partida. Los humanos, también tenemos un trozo de magnetita alojado en nuestro cráneo, pero como no está conectado a nuestro sistema nervioso no es un sentido, es más bien un depósito atrofiado de algo que nos emparenta a otros seres migrantes. Tenemos un fósil del centro de la tierra en el cráneo, pero no tenemos brújula. No hay nada en nuestro cuerpo, en relación a la tierra, que nos diga explícitamente a dónde ir, ni cómo regresar.
Debido a la guerra interna, desde los años 70, anualmente abandonamos el país muchísimes colombianes; según cifras oficiales (es decir que posiblemente seamos más) somos alrededor de 5 millones de colombianes en la diáspora (siendo la población colombiana total de alrededor de 50 millones de personas). España es el segundo destino elegido para emigrar después de EEUU, siendo según cifras del centro de memoria histórica 400.000 de elles exiliades.
El tiempo, como las piedras, es un proyecto para reunir relatos de piedras y de humanes, un poco esperando que las partículas atómicas de unos y otros nos cuenten historias sobre el mundo, donde se cruzan las erupciones volcánicas que permiten a la magnetita salir a la superficie terrestre, las explosiones solares que hacen posible la vida, las guerras por la tenencia de la tierra en las que han resistido todes nuestres ancestres y la violencia que reside en la falta de lenguaje para compartir nuestros recuerdos.
Luna Acosta es artista visual, investigadore, docente, cuir y parte de la diáspora colombiana. Fue becarie del PEI del MACBA y de la WHW akademija (Zagreb). Forma parte del posgrado en narrativas de la memoria sobre el conflicto armado colombiano de la Universidad de Antioquia y de la comunidad "Selvagem", espacio de cruce de pensamiento ancestral y científico, adelantado por el pensador indígena Ailton Krenak. Su trabajo germina a partir de preguntas sobre las migraciones -internas, sur-sur y sur-norte-, como resultados de procesos coloniales y de la violencia política. Trabaja entre la performance, el oficio textil, las prácticas colaborativas, la escucha, y las tecnologías digitales y ancestrales. Es residente en Fabra i coats, becarie de la BKFMACBA, socie de La Escocesa y parte del equipo de mediación del Centre d’Arts Santa Mónica.